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Así fue el triunfo de Trump: 10 claves (algunas insólitas) sobre sus votantes y los de su rival

Trump5El inesperado triunfo de Donald Trump ha suscitado un fuerte debate en las últimas horas sobre los errores de los sondeos y sobre los grupos demográficos que le ayudaron a ganar. Es un asunto que los expertos estudiarán durante años, pero las cifras de los sondeos a pie de urna desvelan algunos detalles llamativos de lo que ha ocurrido.

La mayoría de las cifras que utilizo en este análisis están tomadas del sondeo nacional a pie de urna que se elabora en Estados Unidos desde 1972. Ese sondeo es el fruto de unas 28,000 entrevistas. Los sondeos que publicaban los medios durante la campaña solían tener algo más de 1,000. Otras cifras pertenecen al estudio que publicó este jueves Pew Research con los puntos de vista de los votantes de los dos candidatos. Los datos completos se pueden consultar.

1. No hubo una avalancha de mujeres

La posibilidad de empujar por primera vez a una mujer a la Casa Blanca no potenció el voto femenino. El porcentaje de mujeres que fueron a votar con respecto al número total fue muy similar al de cualquier elección de las últimas tres décadas.

Hillary Clinton ganó el voto femenino por un margen similar al de Obama y en cambio perdió el voto masculino por cinco puntos más. La perspectiva de romper el techo de cristal importó más a los hombres que a las mujeres, que no se movilizaron en contra de Trump.

2. Menos jóvenes votaron por Clinton que por Obama

La abstención entre los menores de 29 años fue similar a la de 2008 o 2012. Pero esta vez los resultados fueron decepcionantes para los demócratas, que apenas sacaron un 55% en esa categoría demográfica. Es decir, cinco puntos menos que el Obama de 2012 y 11 puntos menos que el Obama de 2008.

El porcentaje es especialmente pobre si tenemos en cuenta el rechazo que suscitaba Trump. El candidato republicano sacó el mismo porcentaje que Romney y cinco puntos más que McCain entre los jóvenes.

Los votos que perdió Clinton no se fueron a Trump sino a candidatos menores como la verde Jill Stein o el libertario Gary Johnson. Un 18% de los menores de 29 años no votó ni por la candidata demócrata ni por el candidato republicano. La hipótesis más probable tiene que ver con las primarias demócratas. Bernie Sanders retrató a Clinton como una persona corrupta y como una marioneta de Wall Street. Luego hizo campaña por ella pero muchos jóvenes ya no cambiaron de opinión.

3. Los condados más blancos votaron en masa por Trump

El candidato republicano explotó los prejuicios de millones de blancos sin estudios con un discurso centrado en los efectos nocivos de los acuerdos comerciales y de la inmigración. Esa estrategia funcionó en los tres estados donde ganó contra pronóstico: Pennsylvania, Michigan y Wisconsin. También en lugares como Iowa, Ohio o Indiana, donde ganó por un margen muy superior al que logró Mitt Romney hace cuatro años.

Estos dos mapas del New York Times demuestran que las soflamas de Trump a favor de construir el muro y deportar a millones de inmigrantes encontraron más eco en la mayoría de los condados del Medio Oeste. Es decir, precisamente donde hay menos inmigrantes y donde el porcentaje de blancos es mayor.

Este otro análisis de Christopher Ingraham aporta otra clave interesante. La inmensa mayoría de los 253 condados donde Trump mejoró a Romney por más de 25 puntos están en el Medio Oeste pero no en pueblos agrícolas o en ciudades arrasadas por el declive industrial.

El 65% de los votantes de esos condados viven en zonas rurales y el 95% de sus residentes son blancos. Son lugares donde apenas han sufrido el impacto de la inmigración.

4. Clinton aún puede superar los votos de Obama

Muchos de los primeros análisis subrayaron que Clinton había obtenido cinco millones de votos menos que Obama en 2012. Según esa hipótesis, el triunfo de Trump no habría sido el fruto de la movilización de los republicanos sino de la inacción de los votantes demócratas ante una candidata menos popular. El problema es que es una hipótesis prematura porque quedan millones de votos por contar.

Como explica este tuit del analista Henry Olsen, estados como Washington o California siguen sin contar millones de votos por correo que acercarán a Clinton a la cifra de Obama en 2012 y ampliarán su ventaja sobre Trump en el voto popular.

Olsen fue uno de los pocos expertos que hizo una predicción muy aproximada del resultado en este artículo publicado en la revista National Review. Ahora dice que los votos que quedan por contar todavía podrían arrebatar a Trump el estado de Michigan pero ningún otro que ponga a Clinton por encima en el colegio electoral.

5. Trump ganó con una coalición efímera

Trump se las arregló para movilizar a los votantes blancos sin estudios en estados blancos decisivos como Michigan, Wisconsin o Pennsylvania pero ese grupo tiene cada vez menos fuerza electoral como indica el gráfico de este tuit.

Trump ganó por 47 puntos entre los blancos sin estudios universitarios. Es una cifra inédita en cualquier otro candidato presidencial y refleja la conexión del candidato con las preocupaciones de una generación envejecida que ha visto fracasar muchas veces a políticos de los dos grandes partidos y que lo percibió como un agente de cambio arriesgado que merecía la pena probar.

Los republicanos, sin embargo, deberían empezar a mirar fuera de ese grupo demográfico. Los jóvenes y los hispanos les siguen dando la espalda y las cifras indican que pronto estarán en disputa estados como Georgia, Arizona o Texas.
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6. Muchos votaron a Trump a pesar de Trump

Las cifras indican que muchos votaron por el candidato republicano pese a sus políticas y pese a algunas características de su personalidad. Sólo un 38% de los votantes tiene una opinión favorable de Trump, sólo un 35% asegura que tiene “el temperamento adecuado para ser presidente” y sólo un 38% piensa que esté “capacitado” para ejercer el cargo.

Esas tres cifras están varios puntos por debajo del porcentaje de votos de Trump. ¿Por qué votaron millones de personas por una persona de la que tenían tan mala opinión?

Este tuit incluye unas cifras de este estudio de Pew Research que ayudan a responder esa pregunta. Más de la mitad de los votantes de Trump prefieren medidas rápidas que pueden empeorar las cosas a soluciones que se han probado antes y que producen resultados poco a poco. Sólo un 16% de los votantes de Clinton tiene la misma opinión.

7. Al final (casi todos) los republicanos votaron por Trump

La renuencia de muchos republicanos a votar por su candidato fue una de las historias de la campaña. Líderes como Romney o el senador Ben Sasse fomentaron el relato de que los votantes más conservadores se resistían a votar por Trump.

Esa resistencia la detectaban la mayoría de la encuestas, que situaban al libertario Gary Johnson en torno al 8% y decían que el independiente conservador Evan McMullin podía ganar el estado de Utah si atraía los votos de los mormones. Al final Johnson apenas logró el 3% de los votos y McMullin sacó el 21% y quedó a 26 puntos de Trump.

El odio que suscita Clinton y la posibilidad de designar jueces conservadores para el Tribunal Supremo empujó a muchos republicanos a votar por su candidato. Fue una decisión que muchos empezaron a tomar mediados de octubre y que se intensificó en las últimas semanas como demuestra el gráfico de este tuit.

l final apenas hubo diferencias entre los dos candidatos que se disputaban la presidencia: un 89% de quienes se declaran demócratas votaron por Clinton y un 90% de quienes se declaran republicanos votaron por Trump.

8. Los más preocupados por la economía no votaron a Trump

Más de la mitad de los votantes dijo que el asunto más importante era la economía. Los siguientes problemas en la lista fueron el terrorismo (18%), la inmigración (13%) y la política exterior (13%).

Clinton ganó por 10 puntos entre los votantes que señalaron la economía como el problema más importante y perdió por 18 y 32 puntos entre los que señalaron el terrorismo o la inmigración.

Muchos han dicho estos días que el resultado es la prueba de que muchos ciudadanos no están contentos con el estado de la economía. No es cierto. Sólo una quinta parte de los votantes piensa que va mal y un 36% dice que va bien o muy bien. Trump arrasó entre quienes dicen que ha empeorado su situación económica personal en los últimos cuatro años y empató con Clinton entre quienes están más o menos igual.

9. La mayoría de los votantes de Trump, contra las deportaciones

Un 70% de quienes fueron a votar está a favor de legalizar a millones de indocumentados y un 54% está en contra de construir el muro que propone Trump.

Más de la mitad de quienes votaron por el candidato republicano están a favor de legalizar a la mayoría de los indocumentados que trabajan en EEUU. Las deportaciones masivas son una propuesta mucho más impopular que la construcción del muro en la frontera.

10. Los pobres no votaron por Trump

Algunos análisis iniciales destacaron el atractivo de Trump entre los votantes con rentas más bajas pero el sondeo a pie de urna ofrece una historia un poco distinta.

El candidato republicano ganó un 41% de los votos de los ciudadanos que ganan menos de 30,000 dólares al año. Es un porcentaje notable a la luz de los problemas de los republicanos para conectar con ese grupo desde la irrupción de Obama: McCain sacó apenas un 32% y Romney sólo tres puntos más.

Trump no ha hecho sino volver a las cifras de George W. Bush en 2004. Más llamativo es el margen por el que perdieron uno y otro entre los ciudadanos más pobres. Bush perdió por 20 puntos en 2004. Trump perdió por 12 en 2016. La diferencia tiene que ver con el voto a los candidatos menores y con la desconexión de Clinton con la clase obrera blanca que describe el reportero George Packer en este artículo del New Yorker.