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El ataque de Dallas irrumpe en el estancado debate en el Congreso sobre las armas

 Paul Ryan presidente Cámara de Representantes de EEUU
Paul Ryan presidente Cámara de Representantes de EEUU

El tiroteo a policías en Dallas condiciona el estancando debate en el Congreso, en Washington, sobre el control de las armas. El ataque, menos de un mes después de la matanza de Orlando, tuvo lugar en un momento en que los miembros de la Cámara de Representantes parecían incapaces de sortear sus diferencias sobre la regulación de las armas de fuego. Los congresistas tienen margen para aprobar las medidas que están barajando hasta el próximo viernes, cuando inician sus vacaciones de verano.

La muerte, el pasado jueves, de cinco policías en Dallas dará un nuevo impulso al debate en el Congreso, pero la incógnita es si servirá para fraguar un consenso entre demócratas y republicanos, que consideran demasiado débiles o ambiciosas sus respectivas propuestas.
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Hay pocas esperanzas si se tiene en cuenta que los legisladores no han logrado impulsar en los últimos años ninguna restricción a las armas pese a la sucesión de matanzas. Toda ley debe ser aprobada por la Cámara y el Senado. El Partido Republicano, más reticente a cualquier restricción del uso de las armas, ostenta la mayoría.

El precedente de Orlando también invita al pesimismo. Superada la conmoción por la muerte el 12 de julio de 49 personas en una discoteca gay, la presión para aprobar una ley que restrinja las ventas se relajó y el clima en el Congreso volvió al terreno habitual: pugnas partidistas, divisiones internas, alergia al compromiso e influencia de grupos externos y de las elecciones presidenciales de noviembre que impiden la aprobación de cualquier reforma de calado en materia de armas pese a la indignación compartida por los tiroteos.

El presidente de la Cámara, el republicano Paul Ryan, pidió el viernes en el hemiciclo una reflexión colectiva tras el ataque de Dallas. “Todo miembro de esta institución, todo republicano y demócrata quiere ver menos violencia armada”, dijo. “Muchas veces estamos apasionadamente en desacuerdo sobre cómo lograrlo. Pero teniendo este debate no perdamos de vista los valores que nos unen”.

Demócratas y republicanos coinciden en querer limitar la venta de armas a personas que han estado en la lista de sospechosos de terrorismo, como el tirador de Orlando. Pero los primeros proponen medidas más restrictivas, y los segundos son más cautos y están divididos entre ellos.

La falta de un consenso bipartidista hizo que el Senado rechazara, a los pocos días de Orlando, varias propuestas de ley para dificultar la venta de armas.