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Una estrategia para conquistar el poder

Fausto Herrera Catalino, escritor, politico y trabajador social
POR FAUSTO HERRERA CATALINO

Reflexiones previas
i) “… quienes gobiernan no pueden apoyarse sino en la opinión, que es, por lo tanto, el único fundamento del Gobierno…”. David Hume, 1758 (El poder político en escena), Luis Arroyo.

ii) “Toda idea política, por buena que sea, sólo puede imponerse luchando contra el adversario. Imponer una idea poco tiene que ver con la razón y el entendimiento; sólo tiene que ver con el poder y con la influencia”. Peter Schroder, Estrategias políticas.

iii) “El liderazgo es ahora especialmente contextual y la comunicación política exige un trabajo ingente de mantenimiento de una reputación muy cambiante y de salvaguarda del relato en condiciones muy competitivas. Sobreviven así quienes dan con la narrativa oportuna, quienes resultan creíbles al contarla y quienes la representan sin descanso.”

iv) Regla de los Tres Grados de Influencia “Todo lo que hacemos o decimos tiende a ondear a través de nuestra red y tiene impacto sobre nuestros amigos (un grado), los amigos de nuestros amigos (dos grados) e incluso los amigos de los amigos de nuestros amigos (tres grados)”. Nicholas A. Christakis.

v) La lucha por el poder sólo se vuelve nociva y perjudica la cultura política cuando se libra sin criterios, sin un plan para generar cambios en la sociedad y en el marco político para el desarrollo, es decir, cuando simplemente se trata de la apropiación del poder para satisfacer intereses personales. Es la situación patética durante los años de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana.

vi) “Necesitamos líderes que no estén enamorados del dinero, sino de la justicia; necesitamos líderes que no estén enamorados de la publicidad, sino de la humanidad”. Martín Luther King.
Origen del concepto estrategia

Los grandes proyectos no son realizables sin estrategias políticas.
“El concepto estrategia proviene del campo militar; la palabra en sí se deriva del griego. Las consideraciones estratégicas siempre se hacían necesarias cuando había que conducir grandes contingentes humanos y para lo cual se requería una orientación. En el pasado el caso se daba, sobre todo, cuando debían o tenían que librarse guerras.

Hasta el inicio de la industrialización, el concepto estrategia conservó un significado casi exclusivamente militar. Más tarde, al volverse necesario dirigir grandes contingentes humanos en el campo económico, se amplió el concepto: había nacido la estrategia empresarial para la conducción planificada de personas en una empresa.

Poco a poco el concepto fue abarcando sectores cada vez más amplios de la sociedad; naturalmente, también llegó al campo político, pues también aquí había que dirigir hacia un objetivo a grandes masas de la sociedad o a miembros de partidos y organizaciones.

Que el concepto se derive del griego no sugiere que antes no existieran estrategias. Toda reflexión y planificación orientada hacia un objetivo y ejecutada de manera enfática es una planificación estratégica. El arte de la guerra de Sun Tzu, es una obra clásica del tema”.

La planificación estratégica de cambios políticos implica un severo análisis de la situación actual, una definición clara de adversarios, competidores y aliados, un análisis puntual de las relaciones de poder, una clara idea del objetivo que se quiere alcanzar y la concentración de todas las fuerzas para lograr el objetivo.
Planificación estratégica: ¿por qué?

La experiencia muestra que ni los partidos políticos ni los gobiernos planean suficientemente las medidas políticas o gubernamentales desde el punto de vista estratégico, pues, de lo contrario, no fracasarían tantos proyectos.
Por ejemplo, la aprobación reciente del mamotreto de Ley de Partidos sin la previa Ley electoral que le sirva de marco general, por demás exigida por disposición de la Constitución vigente.

En definitiva, la lucha por el poder sólo tiene sentido si ella busca ideales más amplios y si su propósito esencial es la competencia entre visiones alternativas sobre la mejor forma de organizar la sociedad.

La democracia implica competencia por el poder, pero esa competencia no puede ser fruto de la vanidad de las elites sino resultado de visiones alternativas para el futuro bienestar de todos los ciudadanos de nuestro país.
En las estrategias políticas, atacar al adversario significa: 1. Quitarle sus recursos, 2. Captar a sus electores mediante mejores ofertas y 3. Desmoralizar a quienes lo apoyan.
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En la formulación de estrategias existen cuatro principios importantes: 1. El principio de la elección del campo de batalla o de los temas en los que uno quiere enfrentarse con el adversario; 2. El principio de la concentración de fuerzas; 3. El principio del ataque y 4. El principio del uso de fuerzas directas e indirectas.

En política, este campo no lo determinan necesariamente los contrincantes, sino más bien, a menudo, los medios de comunicación o la opinión de la sociedad, es decir, el entorno. El Movimiento Marcha Verde es una realidad de factor externo con incidencia política.
Enfoques para combatir la corrupción

La lucha contra la corrupción e impunidad tiene múltiples aristas. La corrupción tiene efectos diferentes. Algunos se benefician de sus prácticas y muchos se perjudican con sus daños. Por tanto, se debe reducir la posición monopólica del partido en el poder, crear transparencia, restringir las facultades discrecionales del presidente o ministros y fortalecer la posibilidad de reclamar responsabilidades políticas y jurídicas.

Con mucha frecuencia, en la República Dominicana, el jefe de Estado lo controla casi todo: “La corrupción se detiene en la puerta de mi despacho”, Balaguer; “Pagar o matar”, Leonel Fernández y “No tirar piedra hacia atrás”, Danilo Medina. En un sistema semejante no hay espacio para el sentido de responsabilidad por parte de los políticos y de los servidores públicos, hay que crear, primero, las condiciones constitucionales para poner en marcha un combate efectivo a la corrupción.

Para implantar la responsabilidad política y legal que exige una sociedad civil como en nuestro caso el Movimiento de la Marcha Verde, contra la corrupción e impunidad; donde participan personalidades individuales, asociaciones, agrupaciones, sindicatos y las fuerzas políticas que asumen dicho compromiso, para lo cual es indispensable predicar con el buen gobierno y, además, un ejercicio transparente y ético de la clase política nacional.
Medios de comunicación sometidos a la voluntad del Gobierno

Los medios dominicanos de comunicación y la prensa escrita están asociados o sometidos a la voluntad del Gobierno. También, los periodistas y comunicadores sociales de manera particular están contratados. En ese renglón de control de la opinión pública el actual régimen hegemónico gastas más de 10 millones de pesos diarios.

El acceso a la información y su análisis crítico son condiciones para que los medios de comunicación públicos velen por que los gobernantes sean responsables y luchen contra la corrupción. Las siguientes medidas ayudan a garantizar una prensa libre:
1. Leyes para el libre tratamiento de la información
2. Definición legal de los delitos de difamación y calumnia para proteger tanto a la prensa como al público.
3. Fin de la censura política
4. Estándares profesionales más elevados para los periodistas
5. Cese de la discriminación mediante prohibiciones y manipulaciones en caso de crítica organizada al gobierno o al partido oficialista.

Para conquistar el poder

El Partido Revolucionario Moderno precisa de una metamorfosis que implica una transformación mucha más agresividad del discurso con una acción en demostración; es continuar las paradas cívicas y acompañamiento a los reclamos sociales. La sociedad dominicana exige un renovado comportamiento de la oposición política.

La degradación humana creada por las erráticas políticas públicas de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana va más allá de una catástrofe institucional, que sufren hoy los dominicanos. No solo se trata de los negativos efectos secundarios de lo bueno, las grandes obras realizadas; sino, también, de los peligrosos efectos secundarios de lo malo, el desconcierto, la desesperanza y la frustración generalizada.

Es vital, ahora, la ruptura con la hegemonía establecida. La concertación interna del PLD está vigente, con varias opciones, para el proceso electoral del 2020, por cuanto los discursos políticos de casi todos los actores se encuentran encuadrados por la narrativa del PLD, limitando así, al eje opositor, sus posibilidades de convertirse en una alternativa de la democracia ciudadana.

¿Qué hacer? La inmediata elaboración de una estrategia desde la oposición partidaria unida, monolíticamente, a la sociedad civil, que asuma por misión redactar un juramento político y social, como en 1843 hicieron Los Trinitarios. Ahora, para la construcción del Cambio Democrático contra el continuismo en cualquier modalidad.

Y, asimismo, iniciar un proceso de Asambleas Ciudadanas, en cada demarcación electoral, para las escogencias de las candidaturas comunes, a todos los niveles, de un Frente Único Opositor con un programa de transformaciones concertadas y una transición de Gobierno Compartido.

Un nuevo Acuerdo como referencia al de Santo Domingo del doctor José Francisco Peña Gómez.
2 de septiembre de 2018.