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‘The Washington Post’ asegura que el presidente dio información secreta sobre del ISIS a Rusia. La Casa Blanca lo desmiente

El ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov; el presidente Donald Trump, y el embajador ruso, Sergéi Sislyak
El ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov; el presidente Donald Trump, y el embajador ruso, Sergéi Sislyak

La sombra rusa se cierne otra vez sobre Donald Trump. En su reunión del pasado miércoles en la Casa Blanca con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, y el embajador Sergéi Kislyak, el presidente de Estados Unidos les reveló supuestamente información de alto secreto sobre una amenaza del grupo terrorista ISIS vinculada al uso de ordenadores portátiles en aviones. La actitud del mandatario, según una investigación de The Washington Post , ha generado un fuerte malestar en los servicios de espionaje. No solo porque puso en peligro una fuente extranjera clave para la seguridad nacional, sino porque dio a los rusos más datos que a los propios aliados.

La Casa Blanca ha desmentido rotundamente la investigación y considera que es “falsa”. “Como presidente quise compartir con Rusia, en una reunión fijada abiertamente en la Casa Blanca, hechos relacionados con terrorismo y seguridad aérea, algo a lo que tengo absoluto derecho. Mi deseo es que Rusia intensifique su lucha contra el ISIS y el terrorismo”, apuntó esta mañana en un tuit el presidente, sin especificar si trató o no sobre información clasificada.

La reunión con Lavrov era de alto voltaje. El día anterior, el mandatario había despedido al director del FBI, James Comey, el principal encargado de investigar si el equipo de campaña del republicano se coordinó con el Kremlin para atacar a la candidata demócrata Hillary Clinton. Es la denominada trama rusa. Una tupida red de conexiones entre los hombres del presidente y Moscú que no deja de perseguir a Trump desde que entró en la Casa Blanca.

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Con este bagaje, Trump recibió el miércoles al embajador y a su superior, Lavrov, en la Casa Blanca. Posaron juntos, se dieron la mano y charlaron distendidamente.

Fuera de los focos, siempre según la reconstrucción de The Washington Postbasada en fuentes oficiales, el presidente alardeó de la excelente información de inteligencia que recibe a diario. Pasaron entonces a tratar las amenazas comunes y fue a esa altura de la conversación cuando el republicano reveló los detalles sobre el operativo del ISIS e incluso facilitó el nombre de la ciudad donde se estaba desarrollando. Unos datos extremadamente delicados, dada su viralidad y posible mímesis, y que en manos de los servicios secretos rusos, ampliamente implantados en la zona, pueden permitir a Moscú descubrir la fuente de Estados Unidos.

El origen de la información clasificada es un aliado extranjero, que no habría dado permiso para compartirla. Sus aportaciones han sido mantenidas en el máximo secreto y solo son conocidas por un reducido grupo de altos cargos. La supuesta brecha en la seguridad ocasionada por Trump puede hacer peligrar la continuidad de esta cooperación. Para contener los daños, siempre según la versión del periódico estadounidense, tanto la CIA como la Agencia de Seguridad Nacional fueron alertadas de lo ocurrido.