Por Ramón Ceballo
Un día 06 del mes de Marzo del año 1937 nació en una pequeña choza de un campo conocido como Loma de el Flaco, en el Cruce de Guayacanes, de la Provincia de Mao de la pareja compuesta por María Marcelino y de Oguís Vincent un inmigrante de origen haitiano, quien fue llamado José Francisco Peña Gómez.
Posteriormente adoptado por una familia en Mao, quienes le dieron su apellido. Esta familia le puso el nombre de José Francisco y le ofreció sus apellidos.
El doctor José Francisco Peña Gómez, fue uno de los forjadores de la democracia política en la Republica Dominicana, la cual todavía intentan consolidar los buenos y verdaderos dominicanos. Fue ejemplo de superación personal, solidaridad humana y mártir político. Sin abolengo ni apellidos ostentosos, pudo vencer despiadadas formas de discriminación y ascender a los más altos peldaños políticos tanto nacional como internacionalmente. Con claro esfuerzo y tesón superó numerosas vicisitudes hasta llegar a la universidad.
El líder politico dominicano, y su obra por la democracia política, en el pais, aún es sometida a escrutinio por partidarios y detractores, pero con toda seguridad, cuando pase el torrente de pasiones, su nombre seguirá en el parnaso de la historia. El doctor Peña Gómez, ha dejado un legado a las nuevas generaciones orientado a ejercer la actividad política con elevado sentido de patriotismo, decoro, honestidad y humildad.
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Peña Gómez era un político que dada su estatura e influencia en la sociedad dominicana, marcaba el devenir con sus actos, y en sus discursos el rumbo por el cual debía encaminarse la Nación.
No ha sido posible para los jóvenes dirigentes de las diferentes expresiones políticas de la Nación, asumir el relevo de un liderazgo como el que encarnó Jose Francisco, quien ejerció esa actividad como una sublime manera de servir a los demás.
Hoy tenemos que continuar recordandolo como el gran conductor de masas, excelso tribuno y fino estratega político. Ademas lo recordamos como un gran conciliador. La acción más sublime de José Francisco, fue el hecho de que, antes de morir tuvo tiempo para perdonar a sus verdugos.
Nuestra esperanza al cumplirse el 80 aniversario de su nacimiento, esta orientado a que los malos hijos que se cobijaron sobre su sombra no continúen transitando el camino que los condujo a pisotear los principios por los que él tanto luchó.
El 6 de Marzo es un día para recordar. Un gran corazón comenzó a latir.
