Pero al parecer Sanguesa ha tenido muchos días malos. El miércoles fue simplemente el último. El día que quedó captado en un video cuando le gritó enfurecido “¡Trump!” y “¡Yo voté por Trump!” a una cajera afroamericana en una cafetería Starbucks de Coral Gables cuando pensó que no le dieron su café lo suficientemente rápido porque era blanco. Sanguesa pidió que le devolvieran su dinero, y llamó a la empleada “basura” y “porquería”.
Otros de sus días malos fue en el 2008 cuando la policía lo arrestó por conducir en estado de embriaguez (DUI). O el que tuvo una semana después cuando de nuevo fue detenido por conducir borracho. Y el día del 2014 cuando fue acusado de violencia doméstica, acusación que más tarde le fue desestimada. Y las veces que le envió al Miami Herald correos electrónicos llenos de odio contra los cubanos, las mujeres, los inmigrantes, los gays y lesbianas, el presidente Barack Obama y Hillary Clinton.
Sanguesa, de 53 años, fue identificado el jueves después que el video en que aparece se volvió viral. Sanguesa le dijo al Miami Herald que le había pedido disculpas a Starbucks, pero pronto dio un giro brusco cuando amenazó con demandar a la compañía por discriminación y provocar que perdiera trabajos.
“Tuve un mal día. No debí haberle gritado a la empleada de la forma que lo hice. Ya pedí disculpas”, dijo Sanguesa el jueves por la mañana.
En una segunda entrevista con el Herald, agregó: “Mis abogados quieren que presente una demanda. Nadie ha visto la primera parte del video. Me trataron absolutamente mal. Me discriminaron racialmente. Me negaron el servicio. Me equivoqué en molestarme tanto, pero lo cierto es que me sentí discriminado. Ella no quiso servirme”, dijo Sanguesa. “Sabía que yo era un simpatizante de Trump y no quiso darme el café que pedí”.
El jueves Starbucks dio a conocer una declaración en la que dijo que la compañía acepta “la diversidad y tratar a los clientes con respeto y dignidad es algo fundamental para los valores de Starbucks y algo de lo que nuestros empleados se sienten orgullosos”.
Sanguesa mencionó que padece un desorden mental pero no quiso decir cuál, aunque no culpó a la enfermedad de su estallido de furia. Algo parecido le dijo al canal WPLG Local 10: que el miércoles no había tomado sus medicinas. El canal Local 10 identificó a la cajera de Starbucks como Jennifer Santos. Cuando se le preguntó si se había negado a servirle a Sanguesa, Santos respondió: “No, no me negué”.
Sanguesa, cliente regular en el Starbucks de South Dixie Highway durante más de 10 años, es bien conocido por la policía de South Miami, que ha tenido que ir a su casa varias veces, y en una ocasión lo arrestó por una pelea doméstica en el 2014. Posteriormente el caso se desestimó.
Durante años, Sanguesa le ha mandado a varios reporteros del Herald airados correos electrónicos a menudo directamente en contra de Obama, de mujeres y de cubanoamericanos.
En un correo electrónico que envió este mes, Sanguesa dijo que Obama ha causado que 95 millones de personas perdieran sus empleos “impulsando una agenda izquierdosa y enfermiza de no trabajar… viviendo del gobierno… tratando de librarse de Jesucristo, aborción, homosexualidad, lesbianas, transgénero… basura de Hollywood… han destruído a Miami… gente que odia a Estados Unidos”.
Cuatro días antes había mandado un correo electrónico sobre toda la cobertura de la muerte del lanzador de los Marlins José Fernández en un accidente de bote: “Odio a los cubanos…. todos son una mie — y José Fernández también”.
Y terminó el correo diciendo: “¡¡Viva Fidel Castro!!”.
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