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El agente que colaboraba con Nisman podrá revelar sus secretos como espía

 Fiscal General de Argentina Nisman, muerto de un disparo en la cabeza
Fiscal General de Argentina Nisman, muerto de un disparo en la cabeza

Viviana Fein, la fiscal que investiga la muerte del fiscal Alberto Nisman, citó al espía jubilado Antonio Horacio Stiuso, alias Jaime, de 61 años, para declarar como testigo. Fein tomó su decisión el miércoles por la noche, después de comprobar que entre las últimas llamadas que recibió Nisman se encontraba una perteneciente a un teléfono asignado a Stiuso. La citación del agente estaba prevista para las 11 de la mañana en Buenos Aires. Había mucha expectación en Argentina ante la posible comparecencia del hombre que ha manejado buena parte de los expedientes secretos de este país en las últimas décadas.

Finalmente, fue su abogado, Santiago Blanco Bermúdez, quien se presentó el mediodía del jueves ante la fiscal Viviana Fein. Aclaró que el documento de la citación fue enviado a un domicilio erróneo porque el apellido Stiuso se escribió con dos eses (Stiusso) en lugar de una. El letrado explicó que, en cualquier caso, la ley de inteligencia nacional impide a Stiuso y a cualquier agente revelar información sobre su trabajo, incluso aunque se haya retirado del servicio. Minutos después, el Gobierno tomó una decisión sin precedentes y decidió liberar a Stiuso de la obligación de mantener la boca cerrada.

El nuevo jefe de la Secretaría de Inteligencia, Oscar Parrilli, quien asumió su cargo el pasado diciembre, anunció que la presidenta le había ordenado liberar a Stiuso de la obligación de guardar los secretos de Estado a los que tuvo acceso. “Vamos a relevar a Stiuso de guardar secreto entre 1972 y 2015”, señaló Parrili. “Esto tiene que ver con mucho, no sólo con la causa; tiene que ver con empresarios, con medios de comunicación, queremos que cuente todo”.

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Stiuso se ha convertido en un factor clave en el caso Nisman desde que la presidenta, Cristina Fernández, sugirió en sus dos cartas de Facebook que Stiuso fue quien preparó la denuncia a Nisman y le “plantó” datos falsos. La teoría de la presidenta es que la muerte de Nisman formaba parte de una operación gestada desde la Secretaría de Inteligencia que tendría como objetivo perjudicarla a ella. Fernández no dijo de forma explícita que Stiuso fuese quien diseñara esa operación contra su Ejecutivo, pero en su segunda carta en Facebook apuntó hasta en ocho ocasiones hacia Stiuso. Y el trabajo de señalar a Stiuso de forma más precisa quedó a cargo de otros miembros del Ejecutivo.

Esta semana, el secretario de Presidencia, Aníbal Fernández, tachó a Stiuso de “personaje siniestro”, que ha intentado “perjudicar y poner palos en la rueda al Gobierno”. “Ésta es una maniobra de Stiuso: esto es pensado y diagramado y sostenido por Stiuso”, añadió en referencia a la denuncia de Nisman.

Vamos a relevar a Stiuso de guardar secreto entre 1972 y 2015. Esto tiene que ver con mucho, no sólo con la causa; tiene que ver con empresarios, con medios de comunicación, queremos que cuente todo. Oscar Parrilli, jefe de la Secretaría de Inteligencia

Stiusso trabajó durante 32 años en los servicios secretos del Estado y se mantuvo en altos puestos directivos durante la gestión de varios presidentes. Era el verdadero hombre fuerte de la Secretaría de Inteligencia hasta que Cristina Fernández descabezó la cúpula el pasado diciembre y Stiuso pasó a retiro. Desde entonces, poco se sabe de él. Ni siquiera su abogado, Santiago Blanco Bermúdez, asegura conocer su paradero.

El letrado de Stiuso declaró en varias emisoras argentinas que no tiene constancia de que Nisman y Stiuso se hubiesen comunicado en las últimas horas de Nisman. “Stiuso tenía una flota de teléfonos a su nombre y puede ser que alguien haya utilizado algunos de esos números para hablar con Nisman”, señaló.

Varios diputados opositores han calificado de cínica la actitud de la presidenta hacia Stiuso, ya que durante más de siete años el agente trabajó a su servicio.

Por otra parte, la jueza a cargo de la investigación de la muerte de Nisman, Fabiana Palmaghini, autorizó este jueves el allanamiento de una caja de seguridad que Alberto Nisman tenía en el Banco Ciudad. La jueza autorizó a la fiscal Fein el  “secuestro de cualquier elemento probatorio de interés para la pesquisa”.

Hasta el momento, Fein y Palmaghini  solo han imputado a una persona: el informático Diego Lagomarsino. Se encuentra imputado solo por haberle prestado el arma que acabó con la vida del fiscal. Prestar el arma está castigado en Argentina con penas de hasta seis años de cárcel. En cuanto al resto de las personas vinculadas a Nisman, como sus custodios o la exesposa, Sandra Arroyo Salgado, solo han declarado como testigos.

Dos de los agentes que custodiaban a Nisman fueron apartados de forma temporal de la Policía Federal, tras incurrir en contradicciones en las declaraciones que prestaron ante la fiscal. Y otro de ellos, Rubén Benítez, el que más años llevaba escoltando al fiscal, también fue apartado de forma temporal, después de que revelara que el sábado Nisman entró en el departamento de Nisman y el fiscal le pidió consejo sobre qué tipo de arma podría comprar. Benítez no informó de ese hecho a sus superiores.